
Recibir una multa de tráfico nunca es agradable. Ya sea por exceso de velocidad, estacionar en lugar prohibido o no pasar la ITV, las sanciones de la Dirección General de Tráfico (DGT) son bastante comunes. Sin embargo, muchas personas desconocen que no todas las multas son correctas o ajustadas a Derecho, y que existe la posibilidad de recurrirlas. En este artículo explicamos cuándo y cómo recurrir una multa de la DGT, cuáles son los plazos y qué argumentos pueden funcionar.
¿Qué dice la ley sobre las sanciones de tráfico?
Las multas de tráfico están reguladas por la Ley de Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial. En ella se clasifican las infracciones en leves, graves y muy graves, con sanciones que pueden ir desde los 100 euros hasta los 6.000 euros, además de la pérdida de puntos en el carnet de conducir.
Cuando un agente denuncia una infracción o un radar detecta un exceso de velocidad, se inicia un procedimiento sancionador administrativo. El conductor sancionado tiene derecho a recurrir si considera que la multa es injusta o contiene errores.
¿Cuándo conviene recurrir una multa?
No todas las multas se deben recurrir, ya que en ocasiones son difíciles de ganar y puede ser más ventajoso acogerse al pronto pago, que ofrece un descuento del 50% si se abona en los 20 días naturales siguientes a la notificación.
Sin embargo, conviene recurrir en casos como:
- Errores en la identificación del vehículo o del conductor.
- Multas notificadas fuera de plazo.
- Defectos de forma en el procedimiento.
- Radar o cinemómetro sin homologación o calibración vigente.
- Multas sin pruebas suficientes.
Fases del recurso de una multa de tráfico
El proceso de impugnación de una multa tiene distintas fases, que conviene conocer para no perder derechos:
1. Alegaciones en vía administrativa
Una vez recibida la notificación, el conductor tiene 20 días naturales para presentar alegaciones. En ellas se pueden exponer los motivos por los que la multa no debería aplicarse. Por ejemplo, si el vehículo estaba vendido antes de la infracción, si el radar no estaba bien señalizado o si hubo un error material en la matrícula.
2. Recurso de reposición
Si las alegaciones son rechazadas y se dicta una resolución sancionadora, cabe interponer un recurso de reposición en el plazo de un mes. Este recurso se presenta ante el mismo órgano que impuso la sanción, pero revisando de nuevo los argumentos y aportando pruebas adicionales.
3. Recurso contencioso-administrativo
En última instancia, si la Administración mantiene la sanción, el ciudadano puede acudir a la vía judicial, presentando un recurso contencioso-administrativo ante los tribunales. Esta opción es más costosa, pero puede merecer la pena en sanciones graves o cuando existen fundamentos jurídicos sólidos.
Ejemplos prácticos de recursos
Veamos algunos ejemplos reales en los que un recurso puede prosperar:
- Multa por exceso de velocidad con radar no señalizado: si la ubicación del radar fijo no estaba correctamente indicada, la multa puede ser anulada.
- Multa por estacionamiento indebido: si el agente no aporta fotografías o pruebas de la infracción, la sanción puede carecer de validez.
- Notificación fuera de plazo: la DGT debe notificar en un plazo máximo de tres meses (infracciones leves) o seis meses (graves y muy graves). Si se incumple este plazo, la multa puede prescribir.
Documentación y pruebas
Para recurrir con éxito una multa, es esencial reunir documentación. Algunos ejemplos son:
- Copia de la notificación de la multa.
- Documentación del vehículo (ITV, seguro, transferencia de propiedad).
- Fotografías, vídeos o testigos que demuestren que la infracción no se cometió.
- Certificados sobre la calibración del radar o cinemómetro.
¿Merece la pena recurrir siempre?
La decisión de recurrir depende de cada caso. Si el conductor está seguro de que hubo un error o irregularidad, es recomendable presentar recurso. Sin embargo, si la multa está correctamente fundamentada, puede ser más práctico acogerse al pronto pago y beneficiarse del descuento.
Consejos finales
- No ignores la multa, ya que si no se recurre ni se paga, puede terminar en embargo de cuentas o bienes.
- Revisa bien los plazos y notificaciones para no perder tu derecho a recurso.
- Si tienes dudas jurídicas, acude a un abogado especializado en derecho administrativo o tráfico.
- Conserva siempre copias de los recursos presentados y de la documentación aportada.
Conclusión
Recurrir una multa de la DGT es un derecho de todos los conductores. Aunque no siempre sea la opción más rentable, en muchos casos puede evitar sanciones injustas. Nuestro equipo conoce los plazos, la normativa y los argumentos más frecuentes es clave para tener éxito en la impugnación. Y, en cualquier caso, lo más importante es respetar las normas de tráfico, ya que la mejor forma de no pagar una multa es no cometer la infracción.



